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¡100 años de resistencia!

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Por: Mauricio Galindo

Las 24 Horas de Le Mans son el mito, la máxima prueba del automovilismo, y una de las puestas en escena más espectaculares en el planeta. Es, también, el epítome de la resistencia humana y mecánica. Grandes fábricas automovilísticas y pilotos se han convertido en leyenda en el Circuito de la urbe del río Sarthe, ascendiendo al Olimpo o descendido al infierno del olvido, o de la muerte.

Le Mans es el nombre de la capital del departamento de Sarthe, localizada en la región del País del Loira, ubicado en la zona noroeste de Francia, a 185 km al suroeste de París. La ciudad cuenta con más de 143 mil habitantes, sus orígenes son celtas, y durante la Edad Media y Moderna sufrió altibajos de riqueza y contracción. Hacia 1840, de la mano de Amédée Bollée, se construyen varios coches de vapor, y su hijo León Bollée, funda una empresa de automóviles que funcionó hasta los años 1930.

La desaparecida construcción de autos denota ya la temprana relación entre los habitantes de Le Mans y los motores. Esa intensa pasión se conjugó y dio paso al establecimiento del Circuito semipermanente de La Sarthe, que cuenta con una longitud de 13,626 kms, tiene 38 curvas, y una gran recta que recibe el nombre de “Des Hunaudiéres” donde hasta la década de 1980, cuando se construyeron dos chicanes (curvas pronunciadas reductoras de velocidad), se alcanzaban 400 km/h. Este recinto recibe pruebas de motociclismo y automóviles varias veces al año, pero su gran momento son “Las 24 Horas de Le Mans”, la competencia de resistencia más prestigiosa del Mundo

La competición es organizada desde 1923, por el Automóvil Club de l´Ouest (ACO). Hasta 1928 la carrera consistía en 3 jornadas de 24 horas, adoptándose en 1929 el formato de una sola jornada que rige hasta hoy. Recordemos a los vencedores más importantes: en 1923, Chenard-Walcker Sport; en 1929 y 1930, ganaron los Bentley Speed 6; Alfa Romeo, obtuvo cuatro victorias seguidas entre 1931 y 1934, siendo el 8C su modelo más icónico; años 40, apogeo del Ferrari 166 MM, triunfador de 1949, uno de los mejores coches en la Historia del corcel rampante.

“En 1953 se crea el Campeonato Mundial de Resistencia, donde las 24 Horas de Le Mans se sitúa como la prueba más importante, mediáticamente hablando. En la década de los 60 pudimos disfrutar de una de las batallas más especiales de la historia de las 24 horas de Le Mans y de la historia reciente del motorsport, la lucha entre Ford y Ferrari: Le Mans 66. Todo surgió por el rechazo en el último momento de Ferrari a una oferta de compra por parte de Ford, el orgullo americano fue tocado y qué mejor manera de “vengarse” que ganar a Ferrari en una de las carreras más duras del mundo y donde la marca del cavallino rampante arrasaba edición tras edición. Así surgió el Ford GT40 y su leyenda, llegando a obtener cuatro victorias consecutivas entre 1966 y 1969” [1]

Porsche ‘Hippie’ 917 LH, 1970

Porsche dominó en la década de 1970. Años de gloria en los cuales Steve McQueen protagonizó al volante del modelo 917K, vencedor en 1971, la célebre cinta “Le Mans”. En 1980 continuó el señorío, su vehículo simbólico, el 956, celebró victoria cuatro veces seguidas entre 1982 y 1985. Siete premios engarzados por los teutónicos en esos años, y desde 1970 hasta nuestros días, con 19 victorias, Porsche es la marca más ganadora.

MAZDA 787B

En los 1990, destacaron tres fabricantes: Mazda, Peugeot y BMW. En 1991 Mazda, con motor rotativo Wankel se impuso, situando a Japón como referente tecnológico y deportivo. Volvió Peugeot, ganando en 1992 con el 905 y en 1993 con la variante 905 Evo 1B. La marca alemana BMW diseñó y fabricó el V12 LMR y, en 1999, consiguió su primer y único triunfo.

The Audi teams for the 2003 Le Mans 24 Hour race: Audi Sport Japan Team Goh, Team ADT Champion Racing and Audi Sport UK

Audi se impuso en los 2000, con ocho victorias, con una solitaria alegría de Peugeot. Los alemanes ganaron con un vehículo diésel, proeza tecnológica. Fue la gran época de ese tipo de motorización. “Los Audi R8 y R10 son historia viva de la automoción. Como también lo es el Peugeot 908 HDI-FAP que conquistó las 24 horas de Le Mans en 2009, con motorización diésel”[2]

Toyota TS050

Desde 2010 se vivieron cambios. Audi salió de la competencia por algunos años y regresó. Además de que un nuevo constructor comenzaría a ser el protagonista: Toyota. “En la penúltima vuelta, el Toyota TS050 decidió pararse prácticamente en frente de la puerta de boxes. El que en ese momento conducía, y líder de la prueba, el japonés Kazuki Nakajima no podía creérselo, después de más de 23 horas de lucha contra el equipo oficial de Porsche y conseguir una mínima ventaja, el Toyota número 5 decidió que no era el año para conseguir el deseado y merecido premio: ganar las 24 horas de Le Mans. Esta final dramática es un fiel resumen de lo que realmente es una carretera de resistencia de esta categoría, donde el hombre y la máquina no pueden permitirse un despiste, un respiro o un fallo”[3]

EL DUELO ETERNO

Sin embargo, hay dos rivales que han atravesado los océanos del tiempo para cara a cara, motor a motor, jugarse la supremacía en el legendario trazado: la alemana Porsche y la italiana Ferrari, aquellas que constituyen la quinta esencia del automovilismo deportivo. Su rivalidad fue llevada a dimensiones fantásticas, como bien lo menciona Richard Attwood (piloto en la primera victoria de Porsche, en 1970):

“La Comisión Deportiva Internacional (CSI) creó una normativa fuera de la lógica, nunca creyó que alguien haría 25 coches para ganar un campeonato. Pero eso es exactamente lo que hizo Porsche y, también, Ferrari. Se estableció una preciosa rivalidad entre ambas marcas que no ha vuelto a repetirse. Fue un periodo maravilloso”[4]

Este vital enfrentamiento es también el resumen de dos de las historias profundas de la industria del motor: la de la robustez, calidad y fiabilidad germánica (Porsche) y la de la estética, potencia y garbo latinos (Ferrari): “Le Mans es uno de los escenarios donde se han vivido las más grandes gestas del automovilismo. Desde que en 1951 Porsche alineara dos 356 SL, siempre ha habido un Porsche en la parrilla de las 24 Horas de Le Mans. Es la marca con más participaciones, 67 consecutivas. Y también la que más triunfos ha logrado, con 19 victorias absolutas y 49 de categoría, estas últimas en manos del Porsche 911. Este modelo también es el automóvil que en más ocasiones se ha alineado en esta carrera: nada menos que 449 unidades han competido en el circuito de La Sarthe”[5]

LOS GRANDES HOMBRES

Es la comunión entre el hombre y la máquina lo que vuelve al automovilismo tan maravilloso. Esa simbiosis en el que son uno. No hay campo de la técnica deportiva donde sea más importante esa complicidad. Grandes nombres han pasado, todos fueron, y son, merecedores del recuerdo; recordemos unos pocos.

  • El belga Jacky Ickx, pentacampeón, no de forma consecutiva, entre los años 1975 y 1982.
  • El alemán Frank Biele hizo lo mismo entre los años 2000 y el 2007.
  • El piloto danés Tom Kristenesen, apodado “Míster Le Mans”, ostenta el récord de victorias en la carrera francesa, con nueve títulos. Seis de ellas de maneras consecutivas entre 2000 y 2005, más otras tres en 1997, 2008 y 2013.
  • Marc Gené, quien ganó en la edición de 2009 con el Peugeot 908 HDI FAP, y Fernando Alonso, que se alzó con la victoria dos veces en 2018 y 2019 con el equipo Toyota.[6]

También Ecuador ha estado presente y de buena manera. En 1973 Guillermo Ortega participó en la mítica experiencia; quiteño, a sus 8 años ya sabía conducir. En 1963 participó en su primera prueba a bordo de un Mini Austin y desde 1964 ya era piloto profesional, corriendo en Colombia y Perú con gran calidad. Triunfó en 1968 en su categoría GT en las 24 horas de Daytona. En 1971 compró un Porsche 908-2K, de 1969, con el que iba a cumplir su sueño de competir en las 24 Horas de Le Mans, en 1973, con Lothar Ranft en la parte técnica y de copiloto a Fausto Merello. Partieron en el puesto 33, y luego de 12 horas de carrera estaban entre los 10 primeros, terminando en 7mo lugar, conquistando su categoría.

CONSTRUCTORES LEGENDARIOS

Sin duda uno de los grandes nombres que han edificado la vida de Le Mans, fue el de Enzo Ferrari “Il Comendatore” protagonista tanto fuera como dentro de los circuitos de prueba, Fórmula 1 o cualquier situación de la vida, como lo atestigua esta frase que le lanzó a quien, por ella, se convirtió en su gran rival en la construcción de coches deportivos en Italia, Ferruccio Lamborghini, experto en maquinaria agrícola: “Yo construyo deportivos, tú construyes tractores. Limítate a ellos.”

Enzo Ferrari y Mauro Forghieri

Esta rivalidad de Enzo con cualquiera que osase desafiarlo, dio paso a las degradaciones con las que denostaba a sus oponentes. Consideraba que los estadounidenses no poseían automóviles deportivos, y que el Jeep era su único gran auto. Desafió a la gigantesca Ford, comandada por Henry Ford II, y Lee Iaccoca, cuando quisieron adquirir su fina y pequeña fábrica. El resultado, monumental bronca entre los fabricantes que fue ganada por la marca de Detroit, con su apabullante éxito 1-2-3 en 1966, llevado al cine y protagonizado por Matt Damon, como el diseñador Carrol Shelby y Christian Bale, como el piloto Ken Miles.

LA ENSOÑACIÓN

En este mágico rincón se lleva la vida al límite, y en ese límite, ante la posibilidad de la derrota, el accidente, o incluso La Parca, se difuminan lo real y lo irreal. Muchos pilotos han descrito que la falta de sueño, a pesar de turnarse entre dos o más conductores, es un enemigo ponzoñoso, describen la experiencia como algo inenarrable. Relatan que pasada cierta velocidad, sobre todo en las noches, los árboles, las casas, los edificios, se reducen a sombras y las luces del auto, el tablero y las vías son flashes fantasmagóricos. Lo único palpable es la existencia misma y el sonido del motor.

Sellar este artículo con una remembranza, mi auto de juguete más querido era uno, que corrió en Le Mans, quiero creer que era un Lotus, aún que viendo imágenes parecería un Ford de su gran época. No importa si es juguete o anhelo, solo creer en ese sueño que muchos conductores tenemos, de una vez domar un auto pura sangre, en mi caso el Mazda vencedor de 1991, la marca automovilística ligada a la vida propia y de mi familia.

Referencias

[1] https://kilometrosquecuentan.goodyear.eu/24-horas-de-le-mans/

[2] https://kilometrosquecuentan.goodyear.eu/24-horas-de-le-mans/

[3] https://kilometrosquecuentan.goodyear.eu/24-horas-de-le-mans/

[4] https://www.portalautomotriz.com/noticias/corporativo-e-industria/frases-legendarias-que-explican-la-grandeza-de-le-mans

[5] https://www.portalautomotriz.com/noticias/corporativo-e-industria/frases-legendarias-que-explican-la-grandeza-de-le-mans

[6] https://kilometrosquecuentan.goodyear.eu/24-horas-de-le-mans/

[7] https://www.esquire.com/es/coches/a27891742/le-mans-accidente-1955/