La historia del automóvil hasta llegar a los modernos coches eléctricos actuales se remonta a aquellos antiguos sistemas de transporte con tracción animal. El primer atisbo de automóvil que nos recuerda al coche actual data de 1886, cuando Carl Benz patentó el triciclo motorizado, invención que se consideró como «el primer automóvil», puesto que era el primer vehículo en funcionar con combustión interna. Fue el propio Benz el que había diseñado ya en 1885 un motor de cuatro tiempos con un cilindro horizontal de 954 cm3 que podía girar a 400 revoluciones por minuto con una potencia de 0,75 CV. Su esposa terminó siendo una de las mujeres cuyos inventos lo cambiaron todo.
Sin embargo, a pesar de que este gran hito de la historia automovilística corra a cargo de un hombre, mujeres como la propia esposa de este inventor, Bertha Benz, hicieron aportaciones muy importantes al mundo del motor. Inventos sin los que no sería posible circular como los retrovisores, los limpiaparabrisas o las pastillas de freno fueron ideas de mujeres con mentes brillantes.
Elmer Berger / Dorothy Levitt: el espejo retrovisor
El espejo retrovisor es uno de los elementos más importantes de un coche que, más allá de la mecánica, permiten la circulación en carretera. Sin ellos, sería imposible la conducción actual y su invención se debe a Elmer Berger, que fue quién lo patentó en 1911. Sin embargo, la idea original pertenece a Dorothy Levitt (en la imagen), una piloto británica de automovilismo deportivo. Siempre utilizaba un pequeño espejito de mano para ver quién se acercaba por detrás, y en su libro The woman and the car, aconsejaba a todo el mundo llevar siempre uno encima. Si quieres leer una biografía novelada de esta mujer excepcional, se acaba de publicar Más rápida que la vida, un libro de Celia Santos editado por Penguin Random House que cuenta la historia de «la chica más rápida del mundo». Sin duda ella debe estar en esta lista de mujeres cuyos inventos lo cambiaron todo.
Bertha Benz: las pastillas de freno
Bertha Benz (1849-1944) fue una pionera de la automoción alemana por sus invención de las pastillas de freno para automóviles. En un viaje que realizó en coche con sus hijos se dio cuenta de que los frenos no funcionan lo suficientemente bien. Por ello, propuso incorporar al sistema de frenado una especie de fundas o forros de cuero en los frenos que luego se convirtieron en las famosas pastillas. Sin embargo, fue su marido, el famoso inventor del propio automóvil, Carl Benz, quién las patentó en 1886. Más tarde, en agosto de 1888, fue ella la primera persona en manejar un automóvil durante una larga distancia.
Florence Lawrence: intermitentes y luces de freno
Florence Lawrence (1886-1938) es conocida como «la primera estrella de cine» y su historia como actriz resulta bastante controvertida, entre otros hechos porque se suicidó con veneno tras arruinarse. Sin embargo, su talento no solo se quedó en el mundo de la interpretación sino que tenía una gran capacidad para los inventos. Fue ella quién diseñó el sistema de intermitentes que hoy en día se encuentra perfeccionado en los coches. A pesar de que la idea original fue suya, quién llevó a cabo la patente fue un hombre, Edgar A. Walz. en 1925.
Mary Anderson: el limpiaparabrisas
La idea original del limpiaparabrisas pertenece a Mary Anderson (1866-1953). Se le ocurrió durante un viaje que hizo a Nueva York en el invierno de 1902. Allí tomó el tranvía y se dio cuenta de que durante todo el recorrido el conductor se tenía que detener para salir a limpiar el agua y el hielo que caía sobre el parabrisas porque impedía la visibilidad. Fue entonces cuando comenzó a pensar el diseño de un invento que permitiese quitar, desde dentro del coche, el agua de la luna sin parar y de forma más o menos sencilla.
Sin embargo, su invento no tuvo éxito entre el mundo de los conductores y empresarios del sector automovilístico, de hecho, llegaron a burlarse de su creación. Años después e inspirándose en su idea, fue Robert Kearns el que diseñó y patentó en 1964 el limpiaparabrisas tal y como lo conocemos. Sin duda ella debe estar en esta lista de mujeres cuyos inventos lo cambiaron todo.
Margaret A. Wilcox: la calefacción para coches
En los siglos pasados, los coches eran propiedad de las clases altas, los únicos que podían permitirse este desplazamiento de lujo. Fue en el siglo XIX cuando el coche ya estaba más o menos perfeccionado pero aún sin todas las comodidades: Los aristócratas tenían sus propios coches para moverse pero pasaban frío. A Margaret A. Wilcox se le ocurrió entonces, concretamente en 1893, inventar el primer sistema de calefacción para vehículos. Ella ideó todo el sistema actual que expulsa el aire caliente al interior del vehículo y posteriormente, patentó su invento.
Stephanie Kwolek: el kevlar para los neumáticos
El kevlar o poliparafenileno tereftalamida es una poliamida sintetizada por primera vez por la química Stephanie Kwolek. Estas poliamidas se caracterizan por su ligereza y su excepcional resistencia a la rotura y por eso son empleadas en neumáticos, velas náuticas y en chalecos antibalas. Kwolek lo desubrió pero fue la empresa para la que trabajaba, Dunlop, la que se quedó con la patente. Sin duda ella debe estar en esta lista de mujeres cuyos inventos lo cambiaron todo.
Margaret E. Knight: las válvulas de camisa para el motor rotativo
Uno de los inventos más importantes para perfeccionar la mecánica de un coche son las válvulas de camisa del motor rotativo. Este tipo de motores se prohibieron en 1991 pero su invención fue un paso muy importante para llegar al diseño de los coches actuales. Fue Margaret E. Knight quién inventó estas válvulas en 1902 para conseguir reducir la vibración de un coche.
No solo esto sino que, además, esta inventora también creó las bolsas de papel y la máquina que permitía fabricarlas en serie. Sin embargo, su camino no fue fácil; tuvo que enfrentarse en una batalla legal a Charles Anan, que quería apropiarse de la patente.
June McCarroll: las líneas divisorias que separan los carriles
Y por último y no menos importante: Las líneas divisorias que separan los carriles en autopistas, autovías y carreteras convencionales de doble sentido. Esta idea, tan necesaria para la seguridad en la conducción, se la debemos a June McCarroll (1867 – 1954). Y su invención se remonta a plena Primera Guerra Mundial: 1917.
June, médico de profesión, tuvo un día que salirse de la calzada para dejar pasar a un camión que invadía el carril en el que ella se encontraba, y en ese momento se le ocurrió que era necesario que algo separara los carriles para evitar estos problemas. Sin embargo, nadie quiso llevar a cabo su idea y así, ella misma tomó la iniciativa. June pintó las líneas divisorias de tramos peligrosos de carretera en California y luego parte de la carretera que conforma la «Ruta 99». Sin duda ella debe estar en esta lista de mujeres cuyos inventos lo cambiaron todo.