El siglo XX nos ha dejado numerosos tesoros automovilísticos que hoy tendrían un valor económico y sentimental elevadísimo, más aún si sus propietarios han sido verdaderos iconos populares como estos. Aquí te dejamos una lista con 8 famosos que condujeron alguna vez coches que en la actualidad son auténticos, especiales y exclusivos clásicos.
Audrey Hepburn – Ferrari 250 GT PF Cabriolet
La actriz belga-británica, protagonista de películas como Lazos de sangre, My fair lady o Vacaciones en Roma, condujo, probablemente en alguno de sus rodajes en la capital italiana (el coche está matriculado allí) este Ferrari diseñado por Pininfarina. Una unidad similar fue subastada en París por RM Shoteby’s el pasado febrero por 1.232.000 euros. Motor V12 3.0 y caja de cambios manual de cuatro velocidades.
Ayrton Senna – Honda NSX
El considerado por muchos como mejor piloto de la historia de la Fórmula 1 colaboró en el desarrollo del Honda NSX durante su estancia en la escudería McLaren. Después, tuvo tres unidades como esta, pero quizá la más conocida es la que está matriculada con placa portuguesa (la de la imagen), con la que disfrutaba conduciendo por las carreteras del Algarve. El NSX no era en la época un coche clásico, sino todo lo contrario (muy actual, como describimos en el titular). Hoy lo consideraríamos como clásico y, además, la unión de dicha máquina y tal genio al volante merecía un puesto en esta lista.
Britney Spears – Porsche 356 Speedster
El Porsche 356 es considerado el primer producto de la lujosa marca de D. Ferdinand Porsche (tras, evidentemente, su prototipo). La versión descapotable nació como una variante algo más asequible que su hermano con techo y gran parte de ellos acabaron en la costa californiana. En la actualidad existen varias réplicas de semejante joya, no obstante, por eso que decimos (y porque la cuenta corriente y el orgullo de la cantante americana no creo que la hagan decantarse por una réplica) Spears goza de los días soleados en este portento sobre ruedas.
Clint Eastwood – Jaguar XK 150 Roadster
A uno de los más famosos y laureados directores de cine de Hollywood quizá le pegaría más -pensaréis- un Ford Gran Torino, por aquello de la película. Sin embargo, aquí le vemos (todavía en su incipiente época de actor) con una unidad de Jaguar XK 150 Roadster. Un modelo superior del XK 120 que perteneció a otra leyenda de la granpantalla: Liz Taylor.
Elvis Presley – BMW 507
El Rey del Rock adquirió un BMW 507 cuando servía al ejército. Este modelo fue, de alguna forma, el resurgir de la marca bávara a la II Guerra Mundial, un rival directo del mítico Mercedes 300 SL. Montaba un bloque V8 de 3,2 litros que desarrollaba una potencia de 150 CV y 220 Nm de par. Y hay que tener en cuenta que pesaba poco más de 1.300 kg.
Su heredero más actual podría ser el Z8. Eso sí, la historia que hay detrás de esta unidad en concreto es bastante curiosa (restauran el BMW 507 de Elvis): como vemos, el modelo estaba pintado en un blanco impoluto, pero su carrocería resultó ser modificada a un rojo carmesí. ¿La razón? Elvis se cansó de que una ingente cantidad de mujeres le dejaran sus números de teléfono apuntados sobre el capó. Hoy este auto es un clásico.
Rey Emérito D. Juan Carlos de Borbón – Audi Quattro Sport
Don Juan Carlos I, rey de España desde el 22 de noviembre del 75 hasta el 19 de junio de 2014, es como todos sabemos un gran amante de las motos y del motociclismo. Rara es la vez que se pierde, por ejemplo, el Gran Premio de España de MotoGP en Jerez.
Pero parece ser que el mundo de las cuatro ruedas también le gusta. Al menos, a juzgar por su exclusivo garaje, según el libro El negocio del poder. Así viven los políticos con nuestro dinero, de Daniel Forcada y Federico Quevedo. Ha tenido unidades de Mercedes; Ferrari; un Audi RS6; un A8, obsequio del mismísimo Ferdinand Piëch; un Rolls-Royce Phantom IV, creado por el aniversario de bodas de Isabel II de Inglaterra (sólo hay 18 como ese en el mundo); un Maserati Quattroporte; un Porsche 959… Aunque, a decir verdad, todas estas unidades pertenecen al Parque Móvil del Estado, dentro del Patrimonio Nacional, por lo que nunca han sido legalmente del Borbón.
(Él los ha disfrutado, que ya es bastante). Sin embargo, quedan dos joyas que también ha conducido y que, para los nostálgicos del fabuloso Grupo B de rallies (como yo), se antojan como las más especiales de su cochera y de la casa de Ingolstadt: un Audi Quattro y otro, en su versión Sport, de mediados de los años 80, con una batalla más corta -en la foto-.
Esta preciosidad fue producida propiamente para la homologación de los Grupo B, se comercializaron 164 unidades y el magnífico motor que montaba era un cinco cilindros en línea con más de 300 CV. En la época, cada unidad se vendía por unos 100.000 euros; ahora, pueden rondar el medio millón. Hoy el auto es un clásico.
José María Íñigo – Seat 850 Sport Coupé
El presentador de televisión condujo un 850 Sport, un modelo cuya producción fue basada en el Fiat 850. Era un coche asequible y más espacioso que su antecesor 600. Pese a su carencia prestacional (47 CV y una máxima de 140 km/h) el diseño que lo envolvía lo hacía un coupé deportivo de la época. Un auténtico clásico hispano.
Johann Cruyff – Citroën SM
El desaparecido futbolista holandés, uno de los mejores de la historia, era fiel al Gran Turismo de la marca de los dos chevrones con motor V6 de origen Maserati. Tanto es así, que tras su fichaje por el FC Barcelona, el club le regaló una unidad igual a la que tenía matriculada en los Países Bajos (06-54-UD), que recientemente fue sorteada, para que se moviera por la Ciudad Condal (B-4774-AX).